el pacto secreto de los ojos
Te resistes cediendo a mi sed.
Florida toda ninguna como tú, de tu sonrisa
a mis cueros adobaron tus fuegos perpetuos.
El horizonte en pequeños fragmentos
te devolvió el trizado sol trizado por tus penas,
se volvió un pez de cobre que rasgó la bandera
de un país deshabitado por tus lágrimas,
y tu cuerpo delira a causa de la caricia
de los astros desterrados,
de las nebulosas agrietadas de mis mentiras.
Otras están volando, otra como tú ninguna
Te resistes cediendo a mi sed
ahora que el río
desde los puentes se puede
ver en este estío.
Un amplio espejo se abre para el agujero del cielo
donde tu bostezo se hace miga huérfana de cesta
a media tarde, a media noche
cuando la luna imita a la cascabel sigilosa.
Y mi extraña huérfana a quien dejé durmiendo
en el manzano no percibe tus fallas de luz
ni tu sudor purificado por un corazón impuro,
tú, como ninguna y única y tu espejo donde yo trizaba soles
para sumergirme en tu delirio.
Otras estarán volando.
Florida toda ninguna como tú, de tu sonrisa
a mis cueros adobaron tus fuegos perpetuos.
El horizonte en pequeños fragmentos
te devolvió el trizado sol trizado por tus penas,
se volvió un pez de cobre que rasgó la bandera
de un país deshabitado por tus lágrimas,
y tu cuerpo delira a causa de la caricia
de los astros desterrados,
de las nebulosas agrietadas de mis mentiras.
Otras están volando, otra como tú ninguna
Te resistes cediendo a mi sed
ahora que el río
desde los puentes se puede
ver en este estío.
Un amplio espejo se abre para el agujero del cielo
donde tu bostezo se hace miga huérfana de cesta
a media tarde, a media noche
cuando la luna imita a la cascabel sigilosa.
Y mi extraña huérfana a quien dejé durmiendo
en el manzano no percibe tus fallas de luz
ni tu sudor purificado por un corazón impuro,
tú, como ninguna y única y tu espejo donde yo trizaba soles
para sumergirme en tu delirio.
Otras estarán volando.