El alma de las distancias
la verdadera motivación de no parecerse a nada,
cuando parecía
que dos hilitos de saliva no se parecían,
y que la carne extraña
esa misma adobada y escarchada
pesaba
y nos cansábamos, y volvíamos a mirarnos
y no encontramos el punto,
la clave, la señal,
y parecíamos torpes con las puertas abiertas
ahí hemos podido mirar al mundo y decir
que no nos importaba estar ciegos y dar palos,
que otras puertas podían ser lejanas,
y que siempre las sombras se dan en la esperanza.
cuando parecía
que dos hilitos de saliva no se parecían,
y que la carne extraña
esa misma adobada y escarchada
pesaba
y nos cansábamos, y volvíamos a mirarnos
y no encontramos el punto,
la clave, la señal,
y parecíamos torpes con las puertas abiertas
ahí hemos podido mirar al mundo y decir
que no nos importaba estar ciegos y dar palos,
que otras puertas podían ser lejanas,
y que siempre las sombras se dan en la esperanza.