Bautismo
La bruma espesa hace que olvide
el lugar adonde otras aguas arrastraron mi cuerpo
adonde el tiempo tierno ya no me dibuja
con mi nombre tatuado en los párpados.
La maestra arrojó mi cabeza a la noche
y el viento con su nota tenue
hizo del sollozo mi casa.
Me llevaban a mentir subido a mi garganta
y es que soy polvo elegido del esqueleto,
amamantado por la llaga.
El pelícano de las rocas me crió a su imagen
y luego me dejó ir.
Undívago por mis abismos.